En Texmelucan continúa viva la tradición de la Candelaria
Por: Miriam Hernández Pedraza.
SAN MARTIN TEXMELUCAN Pue.- La fiesta de la Candelaria y
la Presentación del Niño Dios en el templo, una de las tradiciones más
importantes de la religión católica, desbordan la vendimia y movilizan a miles
de habitantes cada 2 de febrero.
La fiesta en Santa María Moyotzingo una de las
comunidades más grandes, la instalación de 31 comerciantes de atuendos para el
niño Dios, la tradicional reunión de las familias para saborear los tamales de
quienes corrieron con la suerte de encontrarse un muñequito dentro de la rosca
del pasado 6 de enero y el asistir a misa son algunas de las actividades
propias de esta celebración anual.
Por ello miles de católicos van y vienen por las calles
del municipio en busca de un atuendo para la imagen del niño Dios, las variantes
son muchas, el santo niño de Atocha, el niño doctor, los niños arcángeles, el
niño del Tepeyac, el niño milagroso, el de la abundancia por mencionar algunos.
Esta tradición desborda increíblemente la vendimia en
todo el municipio y los consumidores no pueden resistirse a adquirir algunos de esos detallados ropones
que varían desde los 80 pesos hasta los mil quinientos pesos dependiendo de la
calidad de la tela, los accesorios y el tamaño de la imagen.
Así mismo durante esta fiesta otro producto muy consumido
y buscado por los habitantes es la masa para los tradicionales tamalitos, por
lo que los molinos existentes en la ciudad desde el 1 hasta el 4 de febrero se
atarean con los pedidos que servirán para una rica cena o desayuno familiar.
Sin embargo José Luis Mota Medina de 63 años quien desde
hace mas de 21 años se dedica la
fabricación de atuendos refirió que lamentablemente las ventas ya no son las
mismas de antes lo que indica que la fe cristiana ha disminuido por la
intervención de sectas que aseguran que venerar una imagen no tiene sentido,
situación que ha hecho vacilar la fe de las nuevas generaciones.
Además de que algunos comerciantes a fin de elevar sus
ventas han desvirtualizado la verdadera creencia haciendo que la gente adquiera
vestimentas que nada tienen que ver con la religión, como los trajes que aluden
algún artista o algún equipo de futbol, situación que hasta los párrocos
lamentan y exhorta a los feligreses no comprar solo por moda.
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