Por: Alexis Da Costa
–¡La población ya no vota! –Sentencian
los expertos en materia electoral mientras se abren el ultimo botón del saco
para sentarse en las sillas más cercanas a la salida.
–Podemos crear las mejores marcas y
posicionar sus productos –Sollozan los
amantes del marketing político sin que sus palabras trasciendan, pues todos
saben que ya no hay consumidores.
En un rincón celebran algunos individuos
hundidos en las sombras y la falta de cordura.
–¡El sistema político mexicano esta en
decadencia! –alardea la izquierda, sin saber que ellos pertenecen a ese
sistema.
–¿Y los jóvenes? –pregunta una voz
perdida entre las voces que aturden las cuatro paredes del cuarto.
¡Claro, los jóvenes! –se escucha un grito
uniforme de todos los asistentes acompañado de un suspiro que evoca
tranquilidad.
Jóvenes que serán usados para devolverle
un poco de vida a un sistema que esta muriendo.
Jóvenes que pelearan incansablemente por
defender un instituto, un candidato, un funcionario… o lo indefendible muchas
veces.
Hasta este punto el incrédulo lector ha
reforzado su hartazgo y falta de credibilidad en los partidos e incluso construye
en su mente una razón más para no ir a votar. El ciudadano acepta perder las
facultades que le atribuyen ese adjetivo con tal de no abrumarse pensando en
una verdadera solución.
El joven promedio se hunde con las
características que el mundo da a su generación; millennials y centennials dan
un grito de guerra contra las injusticias del mundo desde la pantalla de un
Smartphone. Pocos son los que se ocupan e intentan retribuir a la sociedad
donando lo que pueden (juguetes, ropa, medicinas, cobijas, etc.) sin que esto
cause un impacto verdadero, pero ayudando de corazón. Son aun menos los que se
atreven a acercarse a un partido político, fundan una asociación civil o grupos
de opinión para informar a la gente y alzar su voz.
Los asistentes al cuarto de guerra se
mofan de nerviosismo, pero cada que un nuevo joven se mete en su trinchera ya
sea PRI, PAN, PRD, PT, Morena o independiente ocupa un espacio dentro del
cuarto y le quita oxigeno a los que llevan años agonizando, solo así las risas
nerviosas se acompañan de lagrimas.
Y aquí es cuando el ahora crédulo lector
se pone a pensar en una solución.
Tenemos un país en donde mas de un tercio
de la población es joven; algunos deportistas, otros artistas, científicos,
estudiosos, muchos tirados al ocio y muchos otros con tristeza dedicados a
delinquir. Cada quien hace lo que goza y busca un mejor porvenir, pero sin
ocuparse en solucionar lo que su país vive.
La tarea no es fácil sin embargo podemos
contribuir entrando en ese juego que nos han etiquetado de maldito. Hace falta
decirlo, ser joven en la política no es repartir volantes de un candidato o
compartir lo que dice en redes sociales, tampoco es reunirse en cafés o
recintos para decir y oír el mismo mensaje una y otra vez ni se trata de
defender a un mal representante tan solo porque viste tu mismo color; se trata
simplemente de alzar la voz por quienes no quieren o no pueden hacerlo, se
trata de luchar porque las siguientes generaciones tengan las oportunidades que
nosotros no tuvimos y de enardecer un sentimiento patrio que esta muy herido. Todos
desde nuestra trinchera podemos hacer algo, podemos ser voceros de las causas
sociales y buscar resolverlas si un mal gobierno no puede. Cuando cada quien
hace lo que le toca la maquinaria funciona.
Para el lector amante del futbol este
será un precioso ejemplo: imaginemos un partido del Real Madrid, la final de la
champions league, los jugadores están en la concentración y la mente de cada
uno esta llena de pensamientos. Enfoquémonos en Keylor Navas (el portero) estoy
seguro que él no está pensando en meter muchos goles, al contrario piensa en
atajarlos. A su lado esta Cristiano Ronaldo (la estrella) quien al contrario no
piensa en atajar goles, todo lo contrario piensa en anotar incontables
ocasiones.
Cuando falta un minuto para que acabe el
partido el marcador sigue empatado, el portero despeja y Pepe (defensa) recibe
el balón pasando el medio campo, alza la cara y ve a Ronaldo metiéndose al
área, pero frente a el ve un espacio. Sin duda pasan muchas ideas por la cabeza
del jugador, podría acercarse al área y tirar un cañonazo para meter el gol que
le daría la copa y volverse el héroe del equipo, pero el sabe que puede fallar
pues esa no es su posición y no es bueno para rematar, en cuestión de segundos
se decide a pasarle el balón a Ronaldo y este anota un gol. El Real Madrid gana
la copa.
Simple, cada jugador hizo lo que le
tocaba sin que la ambición de ser el héroe los volviera ineficientes; ahora
apliquemos el ejemplo en nuestra comunidad.
Jóvenes de todas generaciones aquí es
donde deben tomar una decisión, seguir en el rincón oscuro celebrando o hacer
un verdadero cambio; alzar la voz por nuestra comunidad, presentar ideas,
proyectos, sugerencias o quejas y no esperar hasta que algún gobernante nos
haga caso, somos muchos y todos tenemos algo que ofrecer desde la posición de
nuestra preferencia, el reflector muchas veces volteara hacia alguien mas, pero
esto no quiere decir que lo que hagamos no sirva, el mayor triunfo esta en el
progreso, no en el reconocimiento.
Los antiguos derrotados del cuarto mexica
ya están pereciendo, se respira un aire nuevo y no hay un solo rincón sin luz.
Ese cuarto es tu colonia, tu ciudad, tu estado, ese cuarto es tu país… es
México.
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