VERSIÓN
ESTENOGRÁFICA DEL DISCURSO DEL LIC. ENRIQUE PEÑA NIETO, DURANTE EL ACTO DE TOMA
PROTESTA COMO CANDIDATO DEL PARTIDO REVOLUCIONARIOINSTITUCIONAL A LA
PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA, EFECTUADO EN ESTA LOCALIDAD.
DOLORES HIDALGO,
GTO., 12 DE MARZO DE 2012.
Ciudadano
Presidente del Comité Ejecutivo Nacional de nuestro partido; señores dirigentes
de los sectores y organizaciones de nuestro partido; señores coordinadores
parlamentarios; señores integrantes del Consejo Político Nacional de nuestro partido.
Muy respetados amigos del partido aliado Verde Ecologista.
Agradezco
la presencia de mi esposa, de mis hijos y de nuestra familia por hacerme favor
de acompañarme en este tan significativo evento.
Compañeras
y compañeros de partido:
No es
casual que estemos hoy aquí, en la Cuna de nuestra Independencia Nacional.
Dolores Hidalgo simboliza la valentía, el coraje, el espíritu indomable de los
mexicanos frente a la adversidad.
Desde
aquí, se rebeló un pueblo contra la humillación, el abuso, la desigualdad y la
explotación.
Desde
aquí, los mexicanos levantaron su voz para decir: “no más de lo mismo. Basta de
mal gobierno”
Aquí
se dió el Grito de Dolores, que despertó a los mexicanos para iniciar la
gloriosa lucha por la Independencia. Fue un grito que encendió el ánimo, el
entusiasmo y la esperanza de un pueblo, de toda una nación.
Aquí,
en este rincón de la patria, hombres del campo, mujeres, niños y ancianos, se
unieron por una misma causa, arriesgando todo, para reconocerse como iguales,
luchando por moderar la opulencia y la indigencia.
Hoy
evocamos este gran momento de nuestra historia; este episodio que nos demostró
que los grandes cambios sí son posibles cuando los mexicanos decidimos hacerlos
con determinación.
Hoy,
al igual que hace más de 200 años, hay un México que no se resigna a seguir
como está; que exige un cambio responsable y de fondo.
Aquí,
hemos escuchado las voces de Gabi, Carlos, Miriam, Pastarini y la pequeña Dafne,
que al igual que millones de mexicanos, anhelan un mejor país.
Sí,
son millones de mexicanos los que ven con enojo, con tristeza y frustración,
que México no avance, que se ha detenido, que en los últimos 12 años se ha
rezagado frente a lo que han logrado otras naciones.
La
educación de nuestros niños y jóvenes es insuficiente y de baja calidad. Está
muy lejos de la que redimieron generaciones anteriores y de la que hoy se
imparte en otras latitudes. Los propios estudiantes me han expresado, con
preocupación, que no se sienten preparados para competir en el mundo actual.
La
pobreza, hoy afecta a 12 millones de mexicanos más. Recogí con angustia, la de
los padres de familia que veían con impotencia cómo muchas veces sus hijos se
tenían que ir a dormir sin haber comido y con hambre.
La
economía se ha estancando; no genera los empleos que se prometieron.
Al
recorrer el país he visto miles de jóvenes que no obstante su entusiasmo y
talento, no encuentran las oportunidades para ser productivos, independientes y
construirse un futuro promisorio.
Hoy
queda claro que el gobierno ha sido incapaz de proteger a las familias
mexicanas.
He
platicado con muchas mamás, y las entiendo: les agobia la carencia de apoyo
cuando tienen que salir a trabajar y se ven obligadas a dejar solos a sus
hijos.
Estos
años también han sido una etapa de sangre, violencia y muerte.
No
puedo ser indiferente ante el sufrimiento, el coraje, la impotencia de padres
que han sido víctimas del crimen, la impunidad y una estrategia fallida.
Me
parecen desgarradores los testimonios de las madres que han tenido que
identificar y enterrar el cuerpo de sus hijos.
Vivir
con miedo, con temor, con angustia, eso no es vivir. Por eso, insisto, México
ya no quiere más de lo mismo.
México
no se resigna a vivir bajo una estela de miedo, estancamiento y falta de
oportunidades. Por eso, hoy regresamos a nuestro origen; hoy venimos a
reafirmar que los grandes cambios
sí son posibles cuando así lo decide la gente.
Hoy regresamos a
Dolores Hidalgo, Cuna de nuestra Independencia, porque nuevamente México dice:
“¡Basta ya del mal gobierno!”
Los mexicanos quieren
darle la vuelta a la hoja y conquistar un nuevo capítulo en su historia. Por
ello, ha llegado nuevamente el tiempo de las grandes decisiones. Con un
renovable espíritu de cambio y un nuevo compromiso como generación, estamos
decididos a retomar las riendas de nuestro destino.
Es cierto, no podemos
borrar las deficiencias de estos últimos 12 años, pero sí podemos asumir
plenamente la responsabilidad de los años por venir.
Es claro que la
mayoría de la sociedad mexicana quiere un cambio, una nueva alternancia.
Resalta la mediocridad y exige que las cosas se hagan bien. Su confianza está
con nosotros, y nosotros, más que nunca, hoy decididos a cumplirles.
He rendido protesta
como candidato del Partido Revolucionario Institucional a la Presidencia de
la República, con la firme determinación
de asumir una gran responsabilidad con México.
He venido aquí a
Dolores Hidalgo, para asumir el compromiso más importante de mi vida, como
hombre y como mexicano, dirigir los destinos de nuestra patria.
Frente a ustedes
asumo el mayor compromiso de mi vida, entregarme con todas mis fuerzas, con
toda mi capacidad, pasión y entusiasmo, y mi corazón entero al servicio de
México.
Quiero ser Presidente
de la República, porque México merece estar mejor, porque estoy preparado para
conducir las transformaciones que exige esta gran nación.
Estoy consciente del
reto que implica, del enorme compromiso que asumo, pero también sé que no estoy
sólo, sé que conmigo hay millones de mexicanos empeñados en lograr el cambio.
Juntos lograremos que
México deje atrás el miedo y renueve su esperanza. Se trata de escribir una
nueva historia para México, pero sobre todo, se trata de cambiar para bien la
vida de millones de familias mexicanas.
Vamos a recuperar el
sentido de la familia: el México unido y solidario que heredamos de nuestros
padres y de nuestros abuelos. Vamos a hacer que México regrese al camino de la
paz y de la armonía. Esa es la mejor herencia que podemos dejar a nuestros
hijos.
Vamos por un México
dinámico, vigoroso y competitivo; por un México que crezca, que se levante. Mi
compromiso es México, rescatar al país alegre y entusiasta que siempre hemos
sido. Este México que está latente en nuestros corazones, del que todos nos
sentimos orgullosos, el México de los valores, el que sentimos en el alma
cuando entonamos el Himno Nacional, el que vive dentro de nosotros cuando
miramos en el aire ondear nuestra Bandera.
Mi compromiso es
México, el México de la gente emprendedora, imaginativa, talentosa, que día a
día sale adelante, a pesar de cualquier adversidad.
El México de las
mujeres, que desde muy temprano y sin importar su cansancio, empiezan la
jornada trabajando duro, para atender a sus hijos y dar lo mejor a su familia.
Mi compromiso es
México, el México que se abre a algunos, el que ofrece a quien lo visita lo
mejor que tiene, su calidez, su arte y arquitectura, sus playas de ensueño, sus
riquezas arqueológicas y, sin duda, una cocina incomparable.
Mi compromiso es
México, hacerlo un país exitoso y triunfador, respetado y admirado en el mundo
por su historia, sus valores y sus tradiciones.
Mi compromiso es
México, el México que exige rumbo claro, decisión y liderazgo.
Mi compromiso es
México, un México que ya no quiere y no merece más de lo mismo.
Tenemos todo para que
México sea un país triunfador en el siglo de la democracia, de la globalidad y
del conocimiento. Tenemos todo. Tenemos el gran potencial para que cada
mexicano escriba su propia historia de éxito.
Sumemos los talentos,
las voluntades y los esfuerzos de todos. Hagamos de México el país seguro,
renovado y próspero que está destinado a ser. Ha llegado el momento de un
cambio responsable y con certidumbre, un cambio que le dé a México condiciones
para un mejor porvenir.
Por ello, he
protestado como candidato de mi partido, pero, de mayor importancia y
trascendencia, he asumido el mayor compromiso de mi vida: hacer de México el país
de las oportunidades para todos.
Que la historia de
éxito de cada mexicano, de cada familia, contribuya al liderazgo de nuestro país
en este Siglo XXI.
Ha llegado el
momento, escribamos juntos un gran capítulo de gloria: esperanza y grandeza
para México.
¡Qué viva México!
¡Viva! ¡Qué viva México! ¡Viva!
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