lunes, 8 de febrero de 2016

El ocaso del periodismo.




Por: Alexis Da Costa.


El primer medio informativo formal, transportador de los mayores triunfos y las peores tragedias de nuestra historia; mueve voluntades, cambia ideologías y muchas veces lleva de la mano al informado lector a la toma de decisiones. Atinadamente proclamado EL CUARTO PODER. El periodismo, aquella profesión que lleva consigo una de las más nobles y peligrosas armas, la información.
¿Pero qué pasa cuando la desinformación adquiere un costo y convierte una tan importante labor en un simple negocio?.
Desde mis contemporáneos hasta los mayores hemos vivido esta transformación, la mayoría como lectores y en mi caso como firme espectador; recordamos esos cinco o seis periódicos con encabezados impactantes, a aquellos conocidos actores llegando puntuales al llamado de una nueva noticia, llenos de júbilo ante las buenas y agobiados con lamentables tragedias.
Con los años vivimos guerras abiertas contra políticos desleales y algunas adulaciones para los ideales, sin duda la atinada pluma del buen escritor nos regaló desde lecturas informativas hasta análisis profundos.
Las redes sociales asestaron el primer golpe a esta enorme labor, sin embargo los mejores se adaptaron y las usaron para dar más puntual la información, cubriendo así todas las generaciones y revolucionando la noticia.
Lamentablemente en épocas recientes un nuevo golpe asesto y el buen periodista fue perdiendo su valor, desbarrancado por el “oportunista de la información” quien en una lucha desleal vende sin tregua la desinformación, basta con pararse en un puesto de periódicos y observar las más de 10 opciones en muchas de estas predomina el copiar y pegar de información en su mayoría con pésima redacción que en comparación con quienes aún conservan el espíritu del periodismo nos deja una notable decepción.
Así inicia el ocaso del periodismo que bien podemos notarlo en nuestra región. Aquel a quien nombro el oportunista de la información es quien pone precio a las voluntades del lector y sin experiencia desprestigia esta tan noble labor.
En un periódico el papel y la tinta no tienen gran valor, lo que se vende es la ardua labor de análisis e investigación y los años de preparación pues lo que leemos es la experiencia del escritor.
El CUARTO PODER se está volviendo un oficio sin profesionalismo y con poca ética, el periodista cae en la decadencia y los pocos buenos que quedan se ven forzados a competir con la generación del oportunismo con una casi nula oportunidad de triunfo.
Es por eso que sin afán de conflicto invito al político, al anunciante y al amable lector a ser más selectivo a la hora de escoger al proveedor de información. Hay que darle al buen periodista su verdadero valor.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Veces visto